sábado, 3 de septiembre de 2022

LA CARA DEL MIEDO

 LA CARA DEL MIEDO

 

 Todas las noches se persignaba y rezaba para alejar los demonios imaginarios de su cabeza. Nunca apagaba la luz a la hora de dormir. Se cobijaba de pies a cabeza.  Cuando escuchaba ruidos le parecía oír los  pasos de un animal. Vicente sólo tenía trece años y un hermano menor que lo acompañaba en cama separada. Sus padres eran muy religiosos. Una noche se le olvidó rezar y apagar la luz, pero al escuchar aullar un perro, se despertó y se le heló la sangre de pies a cabeza, corrió hacía la cama de su hermano, se persignó  y lo abrazó, quedando en un silencio total. Se calmó y entre las sábanas vio con el rabillo del ojo dos chispas que salían de la oscuridad. -- !Dios mío que es esto!  -- dijo Vicente. En sus adentro se imaginaba que eran los ojos del mismísimo diablo.

   Las dos chispas se paseaban por la habitación. Temeroso siguió en la cama sin encender el foco de luz, Se tapó los ojos, pero le nació una inquietud: La curiosidad de enfrentar aquella situación, como si apelará al valor de su espíritu. Con un profundo desconcierto prendió la luz y todo estaba normal. La noche siguió su curso, Vicente se quedó dormido, de pronto se oye crujir una puerta, se despierta, queda paralizado, su cuerpo tiembla y la comisuras de sus labios se dilatan, no puede gritar, logra prender la luz, se vuelve a quedar inmóvil hasta que logra ver que no no hay nada al alrededor. - ¿Qué me está pasando? Se dice así mismo. 

Sus manos están sudadas, sus pupilas brillan, Vicente ya no puede reconciliar el sueño. Se asoma al espejo, tiene un gesto gastado con ojeras. Cerca del espejo hay un cristo pegado a la pared, lo toma y se lo mete al bolsillo para agarrar valor. La luz del resto de la casa  sigue apagada, las tinieblas lo rodean. La casa está en silencio. Vicente se siente seguro con el cristo  y sin darse cuenta se le cae del bolsillo, sigue caminando hasta que llega a la puerta del patio, creyendo que aún lleva el cristo. De pronto oye ruidos, alza la voz y  pregunta en medio de aquel silencio de la noche - ¿Quién anda por ahí? Pero para su asombro percibe una madrugada llena de paz con cienes de luciérnagas en el jardín, llena de insectos que cantan  y  un cielo iluminado de luna llena y millones de estrellas que iluminan el firmamento. Fue entonces cuando se dijo así mismo: - Nunca pensé que la noche fuera tan bella y maravillosa. Lo que me he perdido en toda mi vida. ¡Cuánto asombro escondido hay en la noche!

 ¡Cuánto silencio que aturde el alma y enmudece el espíritu! Fue  entonces cuando se escuchó un maullar muy cerca de la habitación y un viento conciliable que movía las puertas en toda la casa, En ese  instante se sintió libre y exclamó: - ¡ah la obscuridad siempre estará ahí, pero las puertas del infinito estarán siempre abierta a la libertad!

y solo enfrentando el miedo se vence el miedo        

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